fbpx

Anadir-un-titulo-2.jpg?fit=1200%2C600&ssl=1

¿Cuál es la cantidad adecuada de tiempo frente a una pantalla para los niños, si corresponde? ¿Cómo moderamos su uso? ¿Cuáles son los beneficios y la importancia del tiempo frente a la pantalla ya que también son significativamente complementarios en algunas actividades? 

  • Las investigaciones han demostrado que los niños que pasan demasiado tiempo frente a las pantallas corren el riesgo de tener problemas de salud como obesidad y problemas de postura.
  • El número de niños miopes casi se ha duplicado durante los últimos cinco años, lo que se ha atribuido al uso de pantallas.
  • Ha habido una correlación entre el tiempo de pantalla excesivo y los niveles reducidos de disfrute en otras actividades, como el ejercicio al aire libre y el juego imaginativo.
  • Muchos niños que pasan más tiempo con dispositivos electrónicos han informado que se sienten menos enérgicos y en forma.

Por otro lado, los beneficios y la importancia del tiempo frente a la pantalla son igualmente significativos. 

  • Para empezar, la alfabetización digital es fundamental en muchas carreras profesionales.
  • El uso de la tecnología digital seguirá aumentando el impulso en los entornos educativos, por lo que una buena comprensión de estas tecnologías probablemente se relacionará con un mejor rendimiento académico.
  • Se ha demostrado que el tiempo frente a la pantalla funciona bien como sedante y para calmar a los niños en situaciones que provocan ansiedad, como antes de una cirugía.
  • Algunos aspectos de los programas digitales interactivos pueden permitir un mayor aprendizaje, especialmente en niños con dificultades de aprendizaje.

Entonces, dada la prevalencia y la dependencia del tiempo de pantalla en todas las facetas de la sociedad, como con tantas otras cosas, ¿no es mejor dejar que los niños comprendan estos dispositivos cuando son pequeños? 

La clave de este dilema, como todo, es el equilibrio, la coherencia y la moderación. 

Es poco práctico e increíblemente difícil limitar por completo el uso del tiempo de pantalla en los niños. 

Pero puede establecer parámetros en torno a su uso para mitigar los riesgos y maximizar los beneficios. 

Algunos consejos: 

  1. Establezca reglas para ‘situaciones sin tiempo frente a la pantalla’, como a la hora de comer, en la cama, antes de la escuela o en el automóvil. Estos momentos deben utilizarse para hablar con sus hijos, hablar sobre su día, prepararse para su día y descansar, no para deslizar, mirar y hacer tapping.
  2. Trate de establecer límites diarios; está bien superar estos límites de vez en cuando sea necesario, pero trate este tiempo extra como un privilegio y no como un hecho.
  3. Combine el aprendizaje con el tiempo frente a la pantalla. Limite el uso de juegos o videos simples y reemplácelos con aplicaciones o programas con alguna base educativa.
  4. Asegúrese de que el tiempo frente a la pantalla no tenga prioridad ni reemplace otras actividades importantes, como el ejercicio, las actividades al aire libre o la lectura.
  5. Cree “zonas horarias sin pantalla”, especialmente dormitorios para niños pequeños. Si la pantalla digital va a consumir su atención, al menos permíteles hacerlo en la sala de estar o en un entorno familiar, en lugar de hacerlo de forma aislada en su habitación.
  6. ¡Participad juntos en el tiempo frente a la pantalla! Las investigaciones muestran que usar aplicaciones o jugar juegos digitales juntos puede ser beneficioso, ya que fomenta el diálogo y la conversación, un elemento vital en el desarrollo de las habilidades verbales.
  7. Cree una política de registro, los teléfonos, tabletas y computadoras portátiles deben retirarse de la habitación por la noche para frenar los trastornos del sueño y el insomnio. Cree un plan para registrar los dispositivos a una hora determinada por la noche y salir por la mañana.
  8. Establezca zonas libres de pantallas: las comidas, las salidas familiares y las reuniones sociales son ejemplos de momentos en los que las comprobaciones frecuentes afectan negativamente las relaciones. Establezca límites para el uso de la pantalla en estos ajustes y cúmplalos.
  9. Modele límites saludables: cuando los padres están pegados a sus teléfonos, los adolescentes aprenden que este es un comportamiento apropiado. Cíñete a los límites  que establezcas.

 

¿Qué hago si mi hijo adolescente no puede dejar de usar el teléfono? 

Si sospecha que su hijo tiene un trastorno del comportamiento causado por el uso excesivo de teléfonos inteligentes está afectando negativamente el funcionamiento diario de su vida diaria, busque ayuda. 

  • La terapia cognitivo-conductual puede ayudar a su adolescente a cambiar los pensamientos y comportamientos desadaptativos en pensamientos saludables y positivos.
  • La terapia de proceso individual puede ayudar a los adolescentes a reconocer y trabajar con sentimientos y experiencias que contribuyen al uso problemático.
  • Practica la atención plena Mindfulnes para controlar los impulsos.
  • Practique estrategias de afrontamiento adaptativas como el ejercicio, la respiración profunda y la relajación muscular progresiva.

Consulta con nuestros psicólogos especialista y solicita una valoración para evaluar la conducta de tu hijo o hija y daros pautas para trabajar desde casa en el entorno familiar y escolar. 

 

Departamento de psicología Infanto -juvenil

 


Anadir-un-titulo-1.jpg?fit=1200%2C600&ssl=1

¿Cuándo las pantallas pasan de ser una distracción a convertirse en un trastorno o un problema de salud emocional? 

Existe una variedad de bibliografía en investigaciones relacionadas al uso y tiempo de las pantallas de niños y adolescentes. Lo vemos en las noticias, lo escuchamos en la radio, lo leemos en los periódicos, pero ¿nos hemos sentado a pensar o a reflexionar como padres sobre tiempo que pasan nuestros hijos frente a dispositivos electrónicos como tabletas, móviles y consolas? 

La gran mayoría de los niños se entretienen y aprenden con las pantallas y no necesariamente tiene que generar conductas patológicas o dañinas si sabemos establecer límites apropiados respecto al uso y al tiempo. Es importante comprender lo que hacen vuestros hijos en línea, es importante enseñarles a sentirse seguros de que están participando en tareas de desarrollo correctas en internet y en la vida real. 

Para que podáis entender cuando la exposición excesiva a la pantalla pasa a ser patológica os explicamos un poco los significados de una adicción o un trastorno de la conducta generado por este uso excesivo de las pantallas. 

Algunos investigadores hablan de la adicción a las pantallas. La adicción se refiere a una amplia gama de comportamientos compulsivos. El comportamiento pasa de normal a adictivo cuando se convierte en un hábito incontrolable. Una vez que se convierte en adicción, ese hábito puede tener consecuencias negativas y dañinas. 

Técnicamente, no existe la adicción a Internet o al teléfono. Algunos en la comunidad psiquiátrica han propuesto un nuevo trastorno llamado trastorno de los juegos de Internet, para reconocer patrones poco saludables de juego.  

Eso significaría una cantidad de tiempo de pantalla que no solo es más de lo que los padres se sienten cómodos, sino que excluye otras actividades apropiadas para su edad, como socializar, practicar deportes, trabajar en la escuela, incluso la higiene y el sueño. 

Por otra parte, existe amplia evidencia de que el uso intenso de las redes sociales se correlaciona con un aumento de la ansiedad y la depresión, a medida que los adolescentes, especialmente las niñas, se comparan desfavorablemente con sus compañeros y se preocupan por perderse de la acción. 

Numerosas investigaciones entre ellas la de Domingues-Montanari, S. (2017). “Efectos clínicos y psicológicos de una pantalla por uso excesivo de tiempo en niños”, nos demuestra que el juego excesivo como por ejemplo pasar dos tercios o más del tiempo libre se correlaciona con resultados negativos de salud mental, incluida una mayor incidencia de ansiedad, depresión y consumo de sustancias. 

Expertos en la salud mental infanto juvenil notan que la atención constante a los dispositivos se produce a costa de otras actividades que, en última instancia, son más valiosas e importantes desde el punto de vista del desarrollo. 

 “Nuestros cerebros están programados para que les gusten las cosas que son novedosas y estimulantes, y el teléfono conquista eso”, señala el Dr. Cruger. “Es más fácil entretenerse revisando el teléfono constantemente o jugando algún video juego, que con tareas que requieren más esfuerzo mental, aunque en última instancia son más gratificantes para mucha gente”. 

¿Cómo podemos reconocer los padres conductas patológicas derivadas del uso excesivo a los dispositivos electrónicos tablets, móviles, consolas, ordenadores?  

Cell-phone-internet-addiction. Katie Hurley, LCSW: “ Un informe de 2016 publicado en Frontiers in Psychiatry sugiere utilizar los criterios del DSM-5 para el juego compulsivo y el abuso de sustancias para medir el uso problemático de teléfonos inteligentes. Si bien el uso problemático de teléfonos inteligentes no se define como una adicción, puede evaluarse como un trastorno del comportamiento. 

Con este modelo, los síntomas potenciales pueden incluir los siguientes: 

  • Uso consciente en contextos prohibidos o situaciones potencialmente peligrosas (por ejemplo, enviar mensajes de texto mientras se conduce)
  • Uso excesivo que causa conflictos con la familia; retirarse de eventos familiares o compartidos a favor del uso de teléfonos inteligentes
  • Efectos negativos en el funcionamiento escolar, familiar, social o emocional
  • Uso excesivo continuado a pesar de los efectos negativos
  • Comprobación impulsiva, frecuente y constante del teléfono, incluso en ráfagas cortas (siente una gran necesidad de comprobar cada pocos minutos)
  • Insomnio o alteraciones del sueño relacionadas con controles frecuentes
  • Urgencia excesiva o necesidad de estar conectado
  • Aumento del uso para lograr satisfacción o contrarrestar el estado de ánimo disfórico (triste)
  • Necesita responder de inmediato a mensajes y alertas.
  • Mayor ansiedad y / o irritabilidad si el teléfono no está accesible
  • Sensación de malestar cuando no se puede usar el teléfono.”

 

Entonces, es importante que consideremos los siguientes signos de alarma ante una posible dependencia digital:  

  1. Falta de interés en otras actividades.

¿Mi hijo o hija ha dejado de disfrutar o buscar las otras cosas que solía disfrutar? 

¿Prefiere estar más tiempo en la pantalla sobre cualquier otra actividad de ocio? 

  1. Distracción constante por la tecnología.

¿Puedes comunicarte con ellos cuando están usando dispositivos digitales o pasan de ti y no te prestan la atención? 

¿Están siempre esperando ansiosamente hasta la próxima vez que puedan conectarse? 

  1. Comportamiento problemático cuando no se puede acceder a dispositivos digitales.

¿Tiene rabietas excesivas o mal comportamiento cuando no pueden acceder a sus teléfonos o tabletas? 

¿Se vuelve agresivo/a o actúan fuera de lugar? 

  1. Hablar constantemente de “tiempo frente a la pantalla”.

En ocasiones en las que no utilizan pantallas, ¿se refieren a ellas con frecuencia, de una forma u otra? (Como hablar de cosas que han visto o hecho en línea). 

  1. Síntomas de abstinencia.

¿Parece ansioso, angustiada o molesto cuando no pueden acceder a sus dispositivos? 

¿Y luego están más tranquilos una vez que pueden usarlos? 

Si su hijo presenta alguno o la mayoría de estos síntomas, puede ser necesaria una intervención. 

Al igual que cualquier otra adicción o trastorno del comportamiento, estas cosas se tratan mejor y con más éxito lo antes posible, y no hay mejor momento para eso cuando todavía son niños y tú sigues siendo el jefe. 

Al establecer hábitos saludables para el tiempo frente a la pantalla mientras son pequeños, será mucho más probable que sus hijos transfieran estos hábitos a la edad adulta y naveguen por el mundo digital de una manera más consciente y productiva. 

Si quieres hablar con un profesional no dudes en escribirnos y estaremos encantados de ayudarte.