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Artículos de divulgación e interés para las familias


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Pautas Sensoriales para la escuela y el hogar

Antes de daros unas pautas sensoriales que podéis tener en cuenta para trabajar con vuestros hijos es importante que entendáis el significado del procesamiento sensorial y que dificultades pueden presentar los niños cuando está alterado. Al final del artículo tenéis el material para descargar

Procesamiento Sensorial

El procesamiento sensorial es la capacidad de recibir, organizar, interpretar y priorizar la información sensorial.

La información sensorial es recibida por nuestro cerebro a través de los sistemas sensoriales y responde adecuadamente. Toda esta información debe organizarse e interpretarse para que los niños puedan actuar en consecuencia. Cuando hay alteraciones en el procesamiento sensorial los niños/as o adolescentes pueden experimentar:

  • Participación reducida en las actividades de la vida
  • Deterioro de la autoestima y aumento de los niveles de
  • Mayores niveles de frustración.
  • Dificultades con la autorregulación.

La participación reducida en experiencias sensoriales puede limitar las oportunidades de aprendizaje de un niño. Los niños aprenden sobre su mundo a través de la exploración activa y la experimentación con sus entornos.

Sensibilidad

Búsqueda
Los niños pueden tener miedo o evitar ciertas sensaciones.

 

Los niños buscan cantidades de información sensorial superiores a la media (más intensas)

 

Por ejemplo , ruidos fuertes inesperados: anuncios de la escuela/campana de la escuela

 

Por ejemplo, caerse intencionalmente o chocar contra objetos.

Podemos encontrar niños en cualquiera de las dos categorías para cada uno de los sistemas sensoriales

Dificultades comunes de procesamiento sensorial

 Visual: no le gustan las luces brillantes, se siente abrumado o distraído por demasiada información visual o puede tomar más información visual de lo común para reaccionar, como la búsqueda de entornos brillantes, destellos, reflectantes y objetos giratorios.

Auditivo: reacciona fuertemente a ruidos fuertes o inesperados, o se distrae con ruidos de fondo.

Táctil: no le gusta tocar ciertas texturas, las etiquetas en la ropa pueden ser incómodas o buscan oportunidades para sentir texturas en manos/pies u otras partes del cuerpo, como por ejemplo estar sin calcetines.

Propiocepción (conciencia del cuerpo): disfruta saltando y chocando, chocando con otros disfruta siendo apretado/aplastado.

Vestibular (movimiento): necesita moverse constantemente, no puede quedarse quieto, se mece o se mueve inquieto en la silla.

Desde el área de integración sensorial os damos una serie de pautas sensoriales que podéis tener en cuenta para ayudar a vuestros hijos o alumnos:

Estrategias Sensoriales

 Sensibilidad Visual

 Disminuya la entrada visual y minimice el desorden visual

  • Coloque al niño cerca del maestro
  • Asegúrese de que el escritorio del aula y el escritorio de su habitación esté limpio y claro; con solo los materiales necesarios.
  • Defina el espacio visual y manténgalo siempre ide la misma forma.
  • Examine el tipo de luz en su habitación y coloque una iluminación suave o luz tenue
  • Proporcione gafas de sol, si el niño es hipersensible a la luz solar

Estrategias de búsqueda visual:

Construya juguetes que brinden información visual en las actividades de juego funcional:

  • Burbujas
  • Lámparas de lava
  • Varitas de purpurina
  • Luces estroboscópicas
  • Juguetes con destellos brillantes
  • Peonzas
  • Caleidoscopio
  • Molinetes
  • Globos

Sensibilidad auditiva:

 Eliminar las fuentes de ruido impredecible en casa y en el aula de clases.

  • Siente al niño cerca de la maestra o maestro y lejos de la puerta/pasillo.
  • Proporcionar auriculares o tapones para los oídos con cancelación de ruido.
  • Proporcionar acceso a un espacio para un retiro tranquilo si el niño muestra signos de sobreexcitación. En el espacio de retiro tranquilo debería haber artículos para calmar los sentidos (silla con forma de puf, almohadas, animales de peluche, libros).

Los horarios y temporizadores visuales son útiles para proporcionar previsibilidad y disminuir la ansiedad.

Sensibilidad táctil:

 Fomentar la exploración de nuevas texturas al ritmo del niño

  • Contenedores táctiles: harina de maíz, avena, agua, arena, lentejas.
  • Búsqueda del tesoro: esconde objetos pequeños en Play­Doh o contenedores táctiles.
  • Dibujar/imprimir: en pintura para dedos, espuma de jabón o crema de afeitar.
  • Bolsa/libro: diferente texturas
  • Incorpore juguetes de goma que brinden información táctil en actividades de juego funcional:
  • Masilla tonta
  • Pelotas antiestrés
  • Juguetes blandos/blandos/elásticos

 Sensibilidad propioceptivas y búsqueda vestibular:

Las actividades de descanso sensorial se pueden incorporar durante la jornada escolar, los fines de semana o en la vacaciones del niño/a, para proporcionar la información sensorial que él o ella necesita. Estos pueden realizarse antes de las tareas más exigentes y distribuirse a lo largo de todo el día.

Actividades en espacios cerrados

  • Monopatín: empujar con los brazos/piernas
  • Actividades con balones terapéuticos: subir y bajar saltando en posición sentada
  • Llevar una mochila pesada o sacos de pesas en los hombros o cabeza.
  • Saltar en un trampolín
  • Mecedora

Actividades al aire libre

  • Colgarse de las barras de trepar
  • Jugar a trepar en el parque o el espacio de patio y recreo en la escuela
  • Lanzar/patear o empujar una pelota de ejercicio grande

Equipo Sensorial básico propioceptivo que pueden tener en casa o en la escuela

  • Trampolín
  • Tabla de patinete
  • Pelota de ejercicio
  • Mochila pesada o sacos de pesas
  • Taburete en T o en S
  • Pelota en forma de cacahuete
  • Silla de pelota
  • Mecedora o columpio
  • Cojín de cuña
  • Cojín vibratorio o con pichos suaves

Para más pautas sensoriales, no dudéis en suscribirte a nuestro blog y poder obtener más material descargable. CLICA PARA DESCARGAR

pautas sensoriales


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La guardería…  Sentimiento de culpa vs Beneficios

Llevar al bebe a la guardería es una de los mayores dilemas que tienen los padres cuando llega el momento. Muchas madres y padres se sienten culpables por llevarles; sin embargo, la guardería no solo les da a los padres el tiempo que necesitan para mantener a su familia, sino que también proporciona a los niños interacciones sociales importantes que pueden mejorar su comportamiento, autonomía, hábitos y rutinas.

Muchas veces los padres y sobre todo las madres de niños menores de tres años están sujetos a niveles de presión social, sobre  hacer bien las cosas. Y os pregunto ¿qué significa hacer bien las cosas, dejar de trabajar…, por no llevar a tu hijo a la guardería?

Una colega socióloga, Ellie Lee de la Universidad de Kent nos habla de la aparición de la crianza culpable que “Está convirtiendo la maternidad en una labor miserable cuando debería ser divertida y mejorar la vida. Además, no existe una cultura de apoyo a los padres, por lo que terminan pensando: ‘Si no hago esto por mi hijo, nadie lo hará’“.

Las madres estamos sometidas a unos estándares tan altos de crianza, que no hay manera de ser lo suficientemente buenos.

Muchas veces os han hecho sentir culpables por amantar, o no amamantar, quitar o no quitar el pañal, dar al bebe un chupete o no darlo, cogerlo en brazos cuando llora o no cogerlo y por supuesto llevarlo a la guardería,  ¿qué tipo de padres sois?, dicen algunos,  por dejarle con un extraño siendo tan pequeño.

Pues lo que tenemos que hacer es usar el sentido común de madre y padre que nos da la misma naturaleza humana y criemos a nuestros hijos sin el condicionante de “tengo que hacerlo bien”. La crianza de nuestros hijos no es una ciencia exacta. Así que guardemos el sentimiento de culpa debajo del colchón como decía una gran sabia “mi madre” y pongámonos a analizar cuáles son los beneficios de que nuestros hijos vayan a la guardería.

Beneficios de la guardería

1.- Fortalecer su sistema inmunológico.

La guardería da a vuestros hijos la oportunidad de desarrollar inmunidad ante las infecciones y dolencias comunes de la infancia en un ambiente seguro. Esa inmunidad natural beneficia a los niños cuando ingresan a educación infantil y primaria.

Es cierto que los niños encuentran más gérmenes cuando asisten a la guardería, pero eso no es necesariamente algo malo.  Puede parecer que los niños en la guardería siempre están enfermos y con razón, con todos los gérmenes que llevan varios niños y todos compartiendo los mismos juguetes. Pero todos esos resfriados de la primera infancia valen la pena ya que fortalecen el sistema inmunológico de vuestro hijo.

Al igual que las vacunas, la exposición a gérmenes y enfermedades cuando están en la guardería ayuda vuestros hijos a ser más capaces de combatir las enfermedades a medida que crecen. Los niños que no asisten a guarderías terminan teniendo las mismas inasistencias por enfermedad en la educación primaria, lo que puede dificultar su aprendizaje e interrumpir las rutinas familiares.

2.- Desarrollarse social y emocionalmente:

Los niños que van a la guardería pasan más tiempo con sus compañeros. Los beneficios sociales y emocionales de la guardería son duraderos: como lo demostró un estudio francés, que encontró que la guardería está relacionada con menos síntomas emocionales, problemas de conducta, disfunción de atención y problemas relacionales.

En la guardería, los niños aprenden a compartir, resolver discusiones y jugar bien con los demás. También hacen amigos y adoptan habilidades que les ayudan más adelante en la vida. También mejoran en la comunicación e interacción son con sus iguales y adultos.  Los niños ajustan su comunicación en función del receptor, lo cual es muy enriquecedor.

Un estudio encontró que los niños que fueron a la guardería pudieron ajustar su estilo de comunicación a sus compañeros cuando jugaban un juego de dos personas, probablemente debido a su exposición a una mayor variedad de situaciones sociales.

3.- Hábitos y rutinas:

Las guarderías siguen un horario constante todos los días, incluso para los niños más pequeños. Tiempos estructurados para comer, jugar y dormir la siesta forman parte de la rutina diaria. Acostumbrarse a las rutinas y reglas es una parte importante del desarrollo cognitivo y son importantes tanto en la escuela como en el hogar. Tener una rutina diaria regula el sueño y fomenta hábitos saludables como el autocuidado y la higiene. Enseña a los niños a cumplir con las expectativas y refuerza el buen comportamiento. Debido a esto, los niños ganarán confianza y se mantendrán serenos en momentos de cambio o estrés.

4.- Autonomía

La guardería les da a los niños tiempo lejos de sus padres para desarrollar sus propios gustos, disgustos y sentido de independencia en el mundo. Están expuestos a actividades y experiencias nuevas y diferentes que tal vez no tengan en casa. En un entorno de aprendizaje centrado en el niño, los niños tienen la libertad de dirigir muchas de sus propias actividades, probar cosas nuevas y ocupar su tiempo sin la dirección de un adulto.

La experiencia de vivir nuevas situaciones, tomar decisiones y aprender las consecuencias de su comportamiento ayuda a los niños pequeños a desarrollar autocontrol, independencia y un sentido respeto. Aprenden los beneficios de la paciencia para lograr sus objetivos y la cooperación para trabajar con otros. A través de estos esfuerzos, comienzan a confiar en sí mismos y ganan la confianza para asumir desafíos cada vez mayores en la vida.

5.-Mejora de la salud

Las guarderías promueven hábitos saludables, incluida una buena nutrición. Los niños en la guardería prueban más variedades de alimentos saludables y tienen más modelos a seguir para una alimentación saludable. Hay estudios que demuestran que los niños que van a la guardería tienden a probar nuevos alimentos, especialmente cuando sus compañeros y cuidadores de aula, comen la misma comida y hablan con ellos sobre lo que están comiendo (Science Direct).

6.- Aprenden a seguir reglas y refuerzan nuevos valores.

En la guardería los niños los niños aprenden a respetar y confiar en los adultos y en sus iguales, ayudándoles a desarrollar relaciones positivas. Los niños aprenden observando de aquellos a quienes admiran. El buen comportamiento, la curiosidad, la cortesía, el respeto por los demás y la perseverancia son valores que transmiten las madres y padres; maestras/os y cuidadores de las guarderías.

7.- Mejor adaptación a la escuela de educación infantil y primaria

Aunque el ambiente de la guardería es más relajado para los niños que la educación primaria, en la guardería siguen horarios de meriendas, salidas al patio, tiempos de juego, comida; rutinas que se mantienen cuando van a primaria

Una vez leído todos los beneficios de llevar a tu hijo a la guardería, ¿os seguís sintiendo culpable?, espero haberte ayudado.

Rebeca Linares Castellanos

Socióloga


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Pautas para regular el uso de las pantallas

¿Cuál es la cantidad adecuada de tiempo frente a una pantalla para los niños, si corresponde? ¿Cómo moderamos su uso? ¿Cuáles son los beneficios y la importancia del tiempo frente a la pantalla ya que también son significativamente complementarios en algunas actividades?

  • Las investigaciones han demostrado que los niños que pasan demasiado tiempo frente a las pantallas corren el riesgo de tener problemas de salud como obesidad y problemas de postura.
  • El número de niños miopes casi se ha duplicado durante los últimos cinco años, lo que se ha atribuido al uso de pantallas.
  • Ha habido una correlación entre el tiempo de pantalla excesivo y los niveles reducidos de disfrute en otras actividades, como el ejercicio al aire libre y el juego imaginativo.
  • Muchos niños que pasan más tiempo con dispositivos electrónicos han informado que se sienten menos enérgicos y en forma.

Por otro lado, los beneficios y la importancia del tiempo frente a la pantalla son igualmente significativos.

  • Para empezar, la alfabetización digital es fundamental en muchas carreras profesionales.
  • El uso de la tecnología digital seguirá aumentando el impulso en los entornos educativos, por lo que una buena comprensión de estas tecnologías probablemente se relacionará con un mejor rendimiento académico.
  • Se ha demostrado que el tiempo frente a la pantalla funciona bien como sedante y para calmar a los niños en situaciones que provocan ansiedad, como antes de una cirugía.
  • Algunos aspectos de los programas digitales interactivos pueden permitir un mayor aprendizaje, especialmente en niños con dificultades de aprendizaje.

Entonces, dada la prevalencia y la dependencia del tiempo de pantalla en todas las facetas de la sociedad, como con tantas otras cosas, ¿no es mejor dejar que los niños comprendan estos dispositivos cuando son pequeños?

La clave de este dilema, como todo, es el equilibrio, la coherencia y la moderación.

Es poco práctico e increíblemente difícil limitar por completo el uso del tiempo de pantalla en los niños.

Pero puede establecer parámetros en torno a su uso para mitigar los riesgos y maximizar los beneficios.

Algunos consejos:

  1. Establezca reglas para ‘situaciones sin tiempo frente a la pantalla’, como a la hora de comer, en la cama, antes de la escuela o en el automóvil. Estos momentos deben utilizarse para hablar con sus hijos, hablar sobre su día, prepararse para su día y descansar, no para deslizar, mirar y hacer tapping.
  2. Trate de establecer límites diarios; está bien superar estos límites de vez en cuando sea necesario, pero trate este tiempo extra como un privilegio y no como un hecho.
  3. Combine el aprendizaje con el tiempo frente a la pantalla. Limite el uso de juegos o videos simples y reemplácelos con aplicaciones o programas con alguna base educativa.
  4. Asegúrese de que el tiempo frente a la pantalla no tenga prioridad ni reemplace otras actividades importantes, como el ejercicio, las actividades al aire libre o la lectura.
  5. Cree “zonas horarias sin pantalla”, especialmente dormitorios para niños pequeños. Si la pantalla digital va a consumir su atención, al menos permíteles hacerlo en la sala de estar o en un entorno familiar, en lugar de hacerlo de forma aislada en su habitación.
  6. ¡Participad juntos en el tiempo frente a la pantalla! Las investigaciones muestran que usar aplicaciones o jugar juegos digitales juntos puede ser beneficioso, ya que fomenta el diálogo y la conversación, un elemento vital en el desarrollo de las habilidades verbales.
  7. Cree una política de registro, los teléfonos, tabletas y computadoras portátiles deben retirarse de la habitación por la noche para frenar los trastornos del sueño y el insomnio. Cree un plan para registrar los dispositivos a una hora determinada por la noche y salir por la mañana.
  8. Establezca zonas libres de pantallas: las comidas, las salidas familiares y las reuniones sociales son ejemplos de momentos en los que las comprobaciones frecuentes afectan negativamente las relaciones. Establezca límites para el uso de la pantalla en estos ajustes y cúmplalos.
  • Modele límites saludables: cuando los padres están pegados a sus teléfonos, los adolescentes aprenden que este es un comportamiento apropiado. Cíñete a los límites y límites que establezcas.

Pautas para regular el uso de las pantallas
Pautas para regular el uso de las pantallas

¿Qué hago si mi hijo adolescente no puede dejar de usar el teléfono?

Si sospecha que su hijo tiene un trastorno del comportamiento causado por el uso excesivo de teléfonos inteligentes está afectando negativamente el funcionamiento diario de su vida diaria, busque ayuda.

  • La terapia cognitivo-conductual puede ayudar a su adolescente a cambiar los pensamientos y comportamientos desadaptativos en pensamientos saludables y positivos.
  • La terapia de proceso individual puede ayudar a los adolescentes a reconocer y trabajar con sentimientos y experiencias que contribuyen al uso problemático.
  • Practica la atención plena Mindfulnes para controlar los impulsos.
  • Practique estrategias de afrontamiento adaptativas como el ejercicio, la respiración profunda y la relajación muscular progresiva.

Consulta con nuestros psicólogos especialista y solicita una valoración para evaluar la conducta de tu hijo o hija y daros pautas para trabajar desde casa en el entorno familiar y escolar.


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La depresión Infanto-juvenil

Es normal que los niños y adolescentes se sientan deprimidos, de mal humor o piensen negativamente en algunos momentos; esto es solo una parte del crecimiento. Los niños tienen que pasar por una variedad de sentimientos para aprender a lidiar con ellos.

Pero la depresión infanto-juvenil es más que sentirse triste, desanimado o deprimido. La depresión es una enfermedad grave que puede afectar su salud física y mental.

Si nota alguno de los siguientes signos en su hijo, y  estos signos duran más de aproximadamente tres a cinco semanas , su hijo podría tener depresión.

Os presentamos algunos síntomas que pueden indicar que un niño está deprimido:

Cambios en las emociones o el comportamiento:

  • parece triste o infeliz la mayor parte del tiempo
  • es agresivo, no hace lo que le pide la mayor parte del tiempo o tiene muchas rabietas
  • dice cosas negativas sobre sí mismo, por ejemplo, “Soy muy malo en todo” o “No le caigo bien a nadie de la escuela”
  • se siente culpable, por ejemplo, podría decir cosas como “el culpable de todo siempre soy yo” “todo lo que ha pasado es por mi culpa”
  • tiene miedo o se preocupa mucho
  • sigue diciendo que le duele la barriga o la cabeza, y estos problemas no parecen tener una causa física o médica.

Cambios en el interés por las actividades diarias

  • no tiene tanta energía como suele tener
  • no quiere estar con amigos y familiares
  • no está interesado en jugar o hacer otras cosas que solía disfrutar
  • tiene problemas para dormir, incluidas pesadillas
  • tiene problemas para concentrarse o recordar cosas.

Cambios en el comportamiento o el rendimiento académico en la escuela

  • no va tan bien académicamente
  • no participa en actividades escolares
  • Tiene problemas para adaptarse a la escuela o llevarse bien con otros niños.

Es posible que algunos niños no hablen de sus pensamientos, que se sientan desamparados o desesperados, y es posible que no parezcan tristes.

La depresión puede llevar al niño o adolescente a actuar de forma agresiva y desmotivada. Este comportamiento en muchos casos no lo entienden los tutores de escuelas, compañeros de clase y los padres, lo que hace que les pongan etiquetas de niño perezoso o agresivo.

 ¿Qué puede causar la depresión en los niños y adolescentes?

La depresión infanto -juvenil puede tener una combinación de factores relacionados con la salud física (una enfermedad o discapacidad sobrevenida), eventos de la vida como por ejemplo un trauma, antecedentes familiares, medio ambiente, vulnerabilidad genética y alteraciones bioquímicas.

Importancia de un diagnóstico acertado y precoz

Si su hijo está deprimido, puede ser difícil para él aprender, hacer amigos y aprovechar al máximo la vida diaria. Si la depresión continúa durante mucho tiempo sin tratamiento, la forma en que su hijo aprende y crece también puede verse afectada. Pero los niños que reciben la atención adecuada pueden recuperarse de la depresión.

Es importante obtener una evaluación cuidadosa para obtener el mejor diagnóstico y tratamiento.

Un diagnóstico acertado y precoz puede ayudar a su hijo a mejorar más rápido, reducir el riesgo de que su hijo tenga depresión más adelante en la vida y ayude a su hijo a crecer sano y bien.

Depresión Infanto-Juvenil
Depresión Infanto-Juvenil

¿Cuál es el abordaje desde el área de psicología en la depresión infanto-juvenil?

Una vez diagnosticado el niño o adolescentes se pueden establecer  objetivos de trabajo a través de terapia cognitivo conductual, técnicas de relajación; mindfullnes y terapia de juego a través de grupos de habilidades sociales.

Es importante incorporar a los padres en el tratamiento del niño y adolescente. El acompañamiento pedagógico y terapéutico en el entorno familiar y escolar mejora los resultados de nuestro programa de psicoterapia infanto-juvenil.

Estas terapias pueden ayudar a su hijo a aprender a pensar de manera más positiva y a mejorar su capacidad para enfrentar los desafíos. Esto significa que es menos probable que vuelva a tener depresión.

Sin embargo, el diagnóstico de la depresión es grave y severa, el médico psiquiatra puede recomendar tratamiento farmacológico que ayuden aliviar los síntomas, combinada con terapia psicológica.

Si quieres hacer alguna pregunta relacionada con la depresión infantil a nuestras profesionales no dudes en escribirnos.

 

Rebeca Linares Castellanos

Socióloga

 


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APRENDAMOS SOBRE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL

¿Qué es la educación emocional?

La educación emocional tiene como objetivo el desarrollo de competencias emocionales y, por lo tanto, es un proceso que pretende potenciar su desarrollo como elemento esencial del desarrollo humano con el objetivo de capacitar para la vida y con la finalidad de aumentar el bienestar personal y social. Estas competencias son las más difíciles de adquirir y por ello requieren una insistencia a lo lardo de toda la vida y en diferentes ámbitos.

Además es una forma de prevención primaria ya que gracias a la educación emocional se adquieren unas competencias que se pueden aplicar a una multiplicidad de situaciones, tales como la prevención del estrés, ansiedad, depresión, consumo de drogas, violencia, etc.

Objetivos de la educación emocional

El objetivo principal de la educación emocional es el desarrollo de competencias para identificar, comprender y gestionar las emociones. Por lo tanto los objetivos específicos son los siguientes:

  • Adquirir un mejor conocimiento de las propias emociones.
  • Identificar las emociones de los demás.
  • Denominar a las emociones correctamente.
  • Desarrollar la habilidad para regular las propias emociones.
  • Subir el umbral de tolerancia a la frustración.
  • Prevenir los efectos nocivos de las emociones negativas.
  • Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
  • Desarrollar la habilidad de automotivarse.
  • Adoptar una actitud positiva ante la vida.

¿Qué actividades fomentan el desarrollo emocional?          

Uno de los mejores momentos para desarrollar las competencias emociones es el tiempo libre y/o las vacaciones. A continuación se presentan algunas actividades que probablemente todos hemos practicado, pero no hemos sido conscientes de su potencial real para el desarrollo emocional:

Deporte: el deporte puede generar muchas emociones. Pueden ser emociones de gran potencia y disfrute, pero por otra parte no siempre se puede ganar, por lo tanto, es inevitable la frustración. En este sentido, el deporte ofrece una buena oportunidad para aprender a aumentar el nivel de tolerancia a la frustración, a automotivarse y a adoptar una actitud positiva.

Cine: el cine es otra experiencia emocional potente. Hay películas que nos emocionan en lo más profundo. Tomar consciencia y analizar las experiencias emocionales que suceden a lo largo de una película puede ser una actividad perfecta de educación emocional. Se fomenta la empatía y el reconocimiento de las emociones en los demás.

Cuentos: mediante los cuentos se pueden aprender a identificar las emociones. Se pueden utilizar diferentes cuentos, sean tradicionales o inventados por nosotros, para preguntar a los niños sobre algunas de las situaciones que se producen. Algunas preguntas clave podrían ser: ¿Qué relaciones hay entre los personajes? ¿Cuál es su estado de ánimo? ¿Qué hace que se sientan así? ¿Qué podría hacer para sentirse mejor? ¿Qué crees que pasaría entonces?

Dibujo: el dibujo es una herramienta muy potente ya que puede expresar muchas emociones. Por ejemplo, se puede utilizar para aprender a identificar las expresiones faciales o para que el niño exprese como se siente en la situación que dibuja. También hay dibujos, como las mandalas, que ayudan a la distracción y a la relajación.

Mirarse al espejo: con el objetivo de incrementar la autoestima y desarrollar seguridad en sí mismos se puede aprovechar el momento de mirarse al espejo para decirse cada día una cosa positiva de sí mismo y para que el acompañante diga otra. No tiene porque ser necesariamente algo físico, pero se puede empezar por esos aspectos dado que son más fáciles de identificar.

Gestos: con tal de que los niños aprendan a interpretar y comprender mensajes emitidos mediante gestos y valoren su importancia se puede realizar la siguiente actividad. Se escogerá cualquier juego cooperativo pero durante el cual estará prohibido utilizar palabras. Sólo podremos comunicarnos mediante gestos. Al acabar el juego se pueden hacer preguntas como ¿qué ha sido lo más fácil? ¿y lo más difícil?, si ha sido más difícil entenderse por gestos o por palabras, etc.

En definitiva, cualquier momento  del día a día o actividad se puede transformar en un momento para fomentar el conocimiento de las emociones, ampliar el vocabulario sobre el tema de los niños, aumentar la autoestima y automotivarse.

educación emocional

e-Therapykids Institute

 

 


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Cómo podéis desarrollar el lenguaje de vuestro hijo con instrucciones

Muchas madres y padres dan por sentado o no son conscientes de que dar instrucciones a sus hijos y en particular a los niños que se demoran en hablar, puede ayudarles a desarrollar sus habilidades lingüísticas. Los maestros y sus refuerzos también pueden utilizar estos consejos para desarrollar las habilidades lingüísticas de sus alumnos.

Estos son los dos tipos de instrucciones y las formas en que podéis darlas para aumentar el lenguaje de vuestro hijo:

  1. Instrucciones de rutina: instrucciones que fomentan el cumplimiento
  2. Instrucciones no rutinarias: instrucciones que hacen crecer el lenguaje de un niño

 

  1. Instrucciones de rutina

Estas instrucciones tratan principalmente sobre cosas de rutina.

Los ejemplos de estas instrucciones de rutina incluyen; pedirle a vuestro hijo que lleve su taza a la cocina después de que haya terminado de tomar su leche o zumo, o pedirle que consiga un vaso si pide agua, etc.

Este tipo de instrucciones requieren cumplimiento, ya que le enseñan a vuestro hijo lo que vosotros queréis que haga y cuándo queréis que lleve a cabo la tarea respectiva. Estas instrucciones son buenas para potenciar las habilidades auditivas.

Vuestro hijo puede realizar las instrucciones de rutina en piloto automático, ya que la instrucción suele ser simple y se trata de cosas de rutina, es decir, las cosas que necesitan o hacen todos los días, como pedir agua o llevar su taza a la cocina después de haber terminado de tomar su leche /agua / zumo. Y debido a que el piloto automático de su hijo puede seguir este tipo de instrucciones, no son las mejores para mejorar el vocabulario y desarrollar el lenguaje.

  1. Instrucciones no rutinarias

Las instrucciones no rutinarias son más beneficiosas y es más probable que permitan aumentar el lenguaje de vuestro hijo, y este es el tipo de modelo en el que debéis centraros.

Con este tipo de instrucción, vuestro hijo realmente tendrá que participar y procesar todo lo que vosotros digáis para que pueda lograr lo que se le ha pedido.

La forma de dar esta instrucción es dar instrucciones “complejas y de varios niveles” que obligarán a su hijo a comprender todos los aspectos de esa instrucción. Por ejemplo, puede pedirle a su hijo que “vaya al segundo cajón de su dormitorio y consiga sus gafas para leer”. Este, por supuesto, no debería ser el lugar habitual donde guarda sus gafas de lectura. Esta instrucción obligará a su hijo a participar para descubrir qué es “segundo” y “cajón”.

Otro ejemplo de instrucción no rutinaria podría ser “ve a la cocina y tráeme la taza azul y amarilla”. La taza azul y amarilla no debe ser la taza que su hijo está acostumbrado a traerle cuando le pide que le traiga una taza. De esa manera, su hijo tendrá que comprometerse para averiguar qué tipo de taza está pidiendo.

Instrucciones no rutinarias para desarrollar el lenguaje de vuestros hijos

Las instrucciones no rutinarias presentan buenas oportunidades para descubrir los tipos de palabras con las que vuestro hijo no está familiarizado.

Cuando le da una instrucción a su hijo y descubre que no puede ejecutarla, es un buen indicio de que hay una palabra o palabras en particular en ese comando con las que su hijo no está familiarizado. Luego podéis comenzar a enseñar esta palabra o palabras y cuando las enseñe, puede volver a probar con una instrucción.

Por ejemplo, si le dice a su hijo, “consígueme el mando” que está debajo de la silla” y él le da el que está debajo de la mesa, entonces probablemente se verá obligado a racionalizar que tal vez su hijo no entienda la palabra ” debajo”. Luego puede comenzar a enseñar esta palabra dando múltiples ejemplos o múltiples modelos de la palabra “debajo”. Puede apilar las palabras, una tras otra, crear niveles de instrucciones y hacer que un niño haga cosas en varios pasos. Puede tirar la palabra “debajo” por todas partes, para que la próxima vez que dé la instrucción, su hijo pueda seguirla.  

Y para finalizar

El problema que encontramos en la mayoría de los hogares es que están muy orientados a la rutina. Muchas veces nuestros especialistas preguntan a los padres que vienen al centro, ¿su hijo sigue las instrucciones? Dicen “sí” y pueden dar un ejemplo como, “oh sí, de hecho, cada vez que suena un teléfono, saben a quién dárselo”. Y estoy pensando, “El teléfono que suena es su mensaje y tienen muy buena memoria visual, por lo que saben a quién dar el teléfono”.

Esto no puede contarse como una instrucción que realmente puede desarrollar habilidades lingüísticas. Es posible que los padres desconozcan que su hijo SI puede seguir instrucciones, pero es posible que no conozcan el vocabulario específico para las diversas cosas que se les pide que traigan en casa. Pensad … los padres pocas veces os desviáis de los guiones establecidos en lo que se refiere a las palabras pronunciadas , ¡la mayoría de los hogares carecen de vocabulario novedoso! 

Dar instrucciones o comandos es una forma muy poderosa de hacer que vuestro hijo desarrolle habilidades lingüísticas. Por favor, comenzad y contadnos cómo va y escríbenos sobre cómo os va, una vez que hayaís leído este artículo.

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¿Cual es el papel del logopeda con un bebé prematuro?

La figura del logopeda neonatal no es muy conocida fuera del entorno hospitalario, pero es un profesional que puede ser de gran ayuda tras el alta hospitalaria de un bebé prematuro.

– El logopeda neonatal puede ayudar a tu bebé en todo el proceso de alimentación, ya que el bebé prematuro puede tener apneas, desaturaciones, aspiraciones y darnos señales de estrés durante la alimentación que no llegamos a entender. En los casos de alimentación por sonda trabajará la estimulación para reducir el tiempo de la sonda y, de esta manera, la estancia hospitalaria. En un porcentaje muy elevado el logopeda llegará a intervenir en el proceso de la alimentación y de manera indirecta en la ganancia de peso de tu bebé.

– El logopeda neonatal será también quien valorará y estimulará los reflejos y movimientos implicados tanto en la alimentación como en la comunicación, ya que un alto porcentaje tiene secuelas en el desarrollo de ambas áreas (alimentación y el habla). Trabajará en su estimulación para conseguir que la alimentación sea segura y así eficaz, así como supervisará y ayudará en la transición a nuevas texturas y alimentos. Será uno de los profesionales que valore, y en los casos que sea necesario, intervendrá en posibles disfagias (alteraciones de alimentación), así como dificultades en la comunicación y desarrollo desde su nacimiento.

– El logopeda neonatal siempre trabajará de forma multidiciplinar teniendo en cuenta todos los enfoques del resto de profesionales, para acompañar tanto a tu bebé como a vosotros como familia. Te ayudará con diferentes herramientas y/o destrezas necesarias en todo el proceso, pero, sobretodo, te hará partícipe de la estimulación de tu hijo/a, tanto en el área comunicativa como alimentaria, y así tener seguridad y apoyo. Cuando un bebé prematuro recibe el alta hospitalaria, debido en ocasiones a la ausencia de protocolos de seguimiento, en algunas ocasiones necesita ser reingresado por atragantamiento, falta de peso y/o bronquiolitits, ya que detrás de una infección respiratoria podría esconderse lo que conocemos como una broncoaspiración.


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PREMATURIDAD Y DESARROLLO MOTOR

Un bebé prematuro es aquel que ha nacido antes de las 27 semanas de gestación y/o con un peso inferior a los 2500 gramos y se clasifican en tres tipos según las semanas de gestación:

–          Prematuros moderados a tardíos (de 27 a 32 semanas de gestación)

–          Muy prematuros (entre 32 y 28 semanas de gestación)

–          Prematuros extremos (inferior a 28 semanas de gestación)

Nacer prematuro implica que todos los sistemas y órganos del cuerpo se encuentran inmaduros y esto conlleva un riesgo más elevado de mortalidad, de padecer enfermedades asociadas o de desarrollar algún tipo de discapacidad.

Normalmente, a menor edad gestacional (semanas de embarazo con las que ha nacido el niño), mayor probabilidad de desarrollar complicaciones y trastornos importantes que requieran de cuidados médicos especiales.

Los niños prematuros pueden presentar trastornos graves que generalmente se diagnostican durante los dos primeros años de vida, como la parálisis cerebral, la discapacidad intelectual, la ceguera o la sordera. Asimismo, pueden desarrollar trastornos más leves como discapacidades de aprendizaje y problemas de conducta que se pueden manifestar durante toda la fase de crecimiento.

No obstante, el desarrollo de cada niño es único y la evolución que tenga durante los primeros meses será importante para establecer un pronóstico.

Edad cronológica y edad corregida

Es importante destacar que el desarrollo de un niño prematuro, en la mayoría de los casos, no será igual que el desarrollo típico de un niño nacido a término. Es por eso, que con los bebés prematuros se utiliza la edad corregida:

–          Edad corregida: es la edad que tendría el niño si hubiese nacido a las 40 semanas de gestación.

–          Edad cronológica: es la edad que tiene el niño desde el nacimiento, sin tener en cuenta la edad gestacional al nacer.

Para determinar pautas de desarrollo y crecimiento, especialmente hasta los dos años de vida del niño, se hace referencia a la edad corregida.

Desarrollo motor típico en niños nacidos a término:

Determinar un patrón de desarrollo motor normal o estándar es complejo, ya que el desarrollo de cada niño no es idéntico, pero se han detectado unas etapas comunes en la mayoría de niños con desarrollo motor típico:

–          Control de cabeza: 2-3 meses

–          Inicio de la manipulación: 3 meses

–          Inicio de sedestación (sentarse): 7-9 meses

–          Volteo: 6-8 meses

–          Inicia posición de gatas: 8 meses

–          Gateo: 9-11 meses

–          Caminar: 12-18 meses

–          Autonomía motriz y funcional: 18 meses

 Desarrollo motor en un niño prematuro

Los niños prematuros que no han sufrido ningún tipo de alteración adicional (parálisis cerebral, trastornos sensoriales, discapacidad intelectual, etc.), es frecuente que logren un desarrollo motor adecuado, aunque a un ritmo más lento, necesitando más tiempo para conseguir los hitos motores a pesar de tener en consideración la edad corregida.

Esto no significa que tengan algún problema de base, solo que tardan más de lo esperado normalmente en dominar esa habilidad motora. No obstante, cuando cierta habilidad no se adquiere dentro de ese periodo de tiempo o se adquiere con grandes dificultades, se puede sospechar de un retraso motor.

Signos de alerta Para detectar si el desarrollo es adecuado, es importante tener en cuenta los siguientes indicadores:

3 meses –          No fija mirada ni sigue objetos en movimiento

–          Tiene dificultad para levantar la cabeza en posición boca abajo o en vertical

–          Piernas rígidas con poco o sin movimiento

–          Tiene las manos siempre cerradas y con el pulgar dentro los dedos

 

  

6 meses

–          No inicia el volteo hacia los dos lados

–          No retiene objetos que se le ponen en la mano

–          Está muy pasivo

9 meses –          No se aguanta sentado sin apoyo

–          Solo usa una parte del cuerpo para moverse

–          No se arrastra

–          No se pasa manipula objetos

  

12 meses

–          No gatea

–          No se pone de pie cogido a un mueble u objeto

–          No se sienta solo sin ayuda

 18 meses –          No camina solo

–          No se pone de pie sin ayuda

–          No realiza la pinza con los dedos

 24 meses –          Falta de fluidez, torpeza y desequilibrio al caminar

–          No se levanta del suelo sin ayuda

Estos ítems son tan solo una guía y pueden tener una o diferentes causas. Para especificar cualquier alteración o retraso motor, es imprescindible consultar al profesional especializado, ya que son las personas capacitadas para realizar una valoración más extensa y reconocer si el niño presenta un retraso motor en su desarrollo.

¿Cómo interviene la fisioterapia pediátrica en el desarrollo de los niños prematuros?

La fisioterapia pediátrica se centra en asesorar, prevenir y/u ofrecer tratamiento a aquellos niños que pueden presentar un retraso en el desarrollo u otras enfermedades o alteraciones. En el caso de niños prematuros, es importante detectar e intervenir de manera temprana si presentan signos de alarma en su desarrollo. De esta manera, se pretenden minimizar o resolver los trastornos que puedan aparecer y prevenir futuras complicaciones.

También es importante acompañar y enseñar a la familia, resolver sus dudas y dar estrategias, ya que son quienes pasan más tiempo con el bebé y pueden aplicar los objetivos terapéuticos y favorecer su desarrollo.

La mejor manera de estimular al bebé será jugando, aportando nuevas experiencias, potenciando así su aprendizaje y la adquisición progresiva de sus capacidades. Es importante que se favorezca su autonomía a medida que va creciendo para que pueda descubrir su entorno.

Finalmente, remarcar que el desarrollo y la evolución de cada niño es único. Ante cualquier sospecha o signo de alarma, es necesario realizar una evaluación y valoración por parte del equipo de profesionales correspondiente para determinar si el niño presenta algún tipo de problema en su desarrollo.

Tienes dudas y quieres hablar con un especialista no dudes en escribirnos.


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TU BEBE SERÁ PREMATURO… Tienes Insuficiencia Placentaria y tu embarazo no llegará al final… , intentaremos alargar el embarazo el mayor tiempo posible, pero no será un embarazo a término, tendrás un bebe prematuro”. Ha llegado el día…

Han pasado 28 semanas y tu hijo solo pesa 830 gramos, pero no puede permanecer más tiempo en tu vientre porque no se está alimentando correctamente. Para garantizar el bienestar del bebe debe estar fuera en una incubadora y en cuidados intensivos neonatales.

 Todo irá bien, dicen los médicos y efectivamente todo fue bien, solo que pasado cinco días del nacimiento, el neonatólogo de sala nos informa que las ecografías de nuestro hijo revelan múltiples hemorragias en su cerebro.

Hay que esperar su evolución y realizaremos una resonancia magnética para determinar con exactitud el grado de su lesión, dicen los médicos nuevamente. Pasaron 15 días y se confirma la lesión.

Ese día también pudimos sentir por primera vez a nuestro pequeño, piel con piel. La noticia de su pronóstico ya no tenía importancia, en ese momento solo importaba la emoción de tener a nuestro hijo en nuestro pecho. Una sensación indescriptible, por fin… podíamos sentir la suavidad de su piel, tocar su cara, manos y espalda.

15 días despues del nacimiento, nuestras vidas cambiaron porque las visitas ya no eran a través de un cristal, sino que podíamos cargarlo, limpiarlo, cambiarle el pañal. Esperábamos con ansias que fuesen las 11:00, las 15:00, las 17:30 y las 24:00; eran las horas y los momentos que teníamos para coger a nuestro pequeño. Pasaron cinco semanas y ya lo podía amamantar, una tarea difícil por lo pequeño de su boca, pero con la orientación adecuada de las enfermeras lo conseguimos. Un equipo de cuidados neonatales excepcional.

Un día a las cinco de la tarde, el neuropediatra y el neonatólogo de sala se acercan y nos dicen que la evolución de nuestro pequeño era muy buena pero que seguramente tendría muchas secuelas. Seguramente no podría hablar, tendría algún retraso cognitivo, no nos podían decir si su desarrollos sería normal. El tiempo lo dirá fue la última frase de los médicos en esa reunión.

Llega el día del alta, y experimentas sensaciones de alegría, miedo, desconcierto y emoción porque lo tendría contigo todos los días y desconcierto porque no sabiía si lo podia gestionar todo desde la soledad..

Papá tiene que ir a trabajar durante el día. Nuestros padres están en otro país, todos tus amigos y amigas trabajan. Que pasará ahora, podré darle todos los cuidados que necesita y ahora que, porque no llega a los dos kilos de peso; vamos a casa y la mayoría del tiempo estaremos solos.

Sin embargo el amor de madre, el apoyo incondicional de papá, que aunque trabajará llamaba cada dos horas para saber si todo estaba bien, el apoyo de la bisabuela y de un primo hermano acabado de llegar fueron la compañía perfecta.

Tu pequeño comienza a ganar peso, a crecer, a balbucear, a sentarse, a gatear, a probar nuevos alimentos, a decir mamá y papá, aparentemente un desarrollo normal a pesar de las lesiones que tenía y de las que no hablamos hasta que cumplió 14 meses, cuando ya empezamos a notar un retraso evidente para caminar. Caminaba con su caminador, cogido a las paredes, a la cuna, a la mesa, cogido de las manos de un adulto, pero cuando llegaba el momento de soltarse para ir de un lugar a otro se caía.

Hablamos con el neonatólogo para explicarle nuestra preocupación porque ya comenzábamos a notar las secuelas de sus lesiones cerebrales y nos remite a una fisioterapeuta y una terapeuta ocupacional. Era el momento de comenzar con la rehabilitación. Comenzó hacer terapia 30 minutos dos días por semana, cumplió dos años y su evolución era la misma.

Ese día mi marido y yo tomamos la decisión de que uno de los dos tendría que dejar de trabajar para dedicarnos completamente a la recuperación de nuestro pequeño.

Aprendimos de la fisioterapeuta y de la terapeuta ocupacional del hospital algunas cosas, compramos libros de estimulación temprana y de neurorehabilitación y me convertí en una terapeuta más.

Hacíamos estiramientos, cambios de postura, trabajábamos el equilibrio, el vocabulario con fichas, hacíamos construcciones con legos, veíamos videos, escuchábamos música cada día, cantábamos canciones, probábamos texturas y aprendió a comer solo. Durante el día hacíamos un sinfín de actividades que le permitieron incorporarse y adaptarse a una guardería ordinaria como un niño más.

Cuando nuestro pequeño comenzó ir a la guardería decidí incorporarme nuevamente al trabajo. Pensamos que la guardería le iría muy bien porque el estar con otros niños de su edad ayudaría su desarrollo y mejoraría sus habilidades. Fue la mejor decisión que pudimos tomar, porque su lenguaje enriqueció, aprendió a expresarse en dos lenguas, aprendió a comer cosas nuevas, a desenvolverse en diferentes entornos y a usar estrategias para llegar donde no podía hacerlo.

Llega el momento de mirar escuelas porque pronto tendría que ir a P3 y queríamos que continuara en la escuela ordinaria porque podía seguir aprendiendo y hacer nuevos amigos.

Nuestro hijo cumplió tres años y aún no camina solo. La fisio nos decía que seguramente no caminaría y si lo hacía, tendríamos que esperar a que madurara.  Decidimos que no podíamos esperar a que el tiempo lo dijera todo. Teníamos que actuar, 30 minutos a la semana no era suficiente.  Buscamos la opinión de otros especialistas que diferían del pronóstico de su neurólogo y fisioterapeuta inicial.

Comenzamos la maratón de resistencia. Buscar otras opiniones y buscar un centro privado en donde pudiese hacer más fisioterapia a la semana.  Nuestro pequeño necesitaba hacer fisioterapia intensiva para aprender a mantener el equilibrio y poder caminar.

Pasado un año de viajes al extranjero para que le infiltraran, viajes a diferentes centros del país y la ciudad, nuestro pequeño comenzó a caminar sin ayuda. La primera vez que nos soltó de la mano estábamos en un centro comercial y dio 23 pasos, no lo podíamos creer, la emoción fue tal que nos pusimos a llorar. Al día siguiente fuimos a plaza Cataluña para darle comida a las palomas porque le gustaba. Nos soltó de la mano nuevamente y perseguía a las palomas, se caiga, le ayudábamos a levantar y nuevamente nos soltaba. Mi marido y yo dijimos: lo ha conseguido.

Desde ese momento comenzó a coger más confianza en sí mismo y aprendió a caminar sin ayuda. Su andar era diferente, pero por fin, ya no necesitaba el caminador, había ganado equilibrio. Ahora solo quedaba enseñarle la forma correcta y ayudarle a que fuese más autónomo.

Cuando nuestro hijo comienza el tercer nivel de educación infantil nos dicen en la escuela que teníamos que sacar el certificado de discapacidad para poder pedir un recurso de velladora que pudiese acompañar a nuestro hijo en los desplazamientos. ¿Un certificado de discapacidad? preguntamos… Nuestro hijo no es un discapacitado.

Nos enfrentamos con muchas personas del entorno educativo, hasta que una psicopedagoga utilizando las palabras adecuadas nos hizo entender la necesidad del certificado. Esa palabra no nos gustaba, a la familia tampoco, pero era a lo que nos teníamos que enfrentar si queríamos que nuestro hijo se beneficiara de las ayudas que daban a la escuela.

Todo el periodo de educación infantil lo dedicamos a compaginar la escuela ordinaria con las terapias, nuestros trabajos y la casa. La evolución de nuestro pequeño era muy buena.

Sin embargo, cuando nuestras vidas estaban en calma, de repente enfermé, me ingresaron durante una semana por un brote agudo de colitis ulcerosa, papá estaba dando formación fuera de la ciudad y me encontré sola, en una clínica y mi hijo en la escuela. Afortunadamente hicimos muy buenos amigos en el colegio, que se convirtieron en familia y se encargaron de nuestro pequeño.

Mi madre viajo con urgencia para cuidarnos pero a pesar de que tenía el apoyo de mi madre entré en depresión, todo me daba ganas de llorar y no entendía por qué nos estaba pasando esto, si nuestro hijo estaba mejorando. La situación de estrés que había vivido los últimos cinco años, era la causa de mi enfermedad.

Mi marido fue mi príncipe azul en ese momento, me rescató de lo que pensaba que era el abismo y en ese momento decidí buscar ayuda especializada. Pasaron dos meses, y mi vida recobró de nuevo sentido. Pero ya no podía seguir siendo una buena empresaria, ser la terapeuta de nuestro hijo, ser ama de casa, buena esposa, transportista, ir al parque todos los días, en fin… Esa situación tenía que cambiar. Nuestro hijo comenzaba primer grado de primaria y necesitaba una vida más escolar, compartir con sus amigos, asistir a todas las clases sin interrupciones por las terapias y sus papas necesitaban un poquito de tiempo para ellos.

Comenzamos aceptar la situación que nos esperaba en el futuro y a ver las cosas de forma distinta, por fin entendimos que nuestro hijo tenía capacidades diferentes y que tendríamos que convivir con ello de la forma más natural y feliz posible.

Disfrutar de las pequeñas cosas sería la fórmula que aplicaríamos en adelante y no mirar lo negativo sino sacar lo bueno de todo aquello que habíamos vivido. Tuvimos dos años de mucha tranquilidad y comenzamos a disfrutar de tiempo para los tres y tiempo para cada uno. Ya nuestro hijo se quedaba a dormir en casa de sus amigos algunos fines de semana, en los meses de verano se iba de colonias, nosotros podíamos ir de cena con amigos nuevamente y permitirnos momentos de intimidad.

Pero a medida que los niños se hacen mayores, surgen nuevos obstáculos: el ser diferente

Cuando nuestro hijo comenzó tercer grado de primaria nos preguntaba porque él tenía que llevar férulas y porque era diferente que sus amigos. Nos preguntaba “¿Por qué no puedo jugar fútbol con mis amigos en el equipo de la escuela?, ¿porque tengo que jugar en un equipo donde todos los niños tienen problemas como yo?, no quiero usar pantalón corto, no necesito Velladora, quiero subir solo por las escaleras con mis amigos, ¿por qué me cuesta tanto entender los problemas de matemática?”.

Ahora estábamos entrando en una nueva etapa: la aceptación y el autoconocimiento de sí mismo y teníamos que comenzar a trabajar.

Preocupados por lo que comenzaba a venir, mi marido y yo decidimos que era el momento de trabajar en el aspecto psicológico, psicosocial y reeducación en razonamiento lógico de nuestro hijo, además de seguir con la fisioterapia que seguía haciendo, pero en casa con una fisioterapeuta particular que habíamos contratado.

Le dije a mi marido, no quiero la situación de estrés que ya vivimos hace cuatro años.  Necesitábamos un lugar que tuviese todo lo que nuestro hijo necesita sin que rompiera con sus hábitos y rutinas diarias. No desafortunadamente no lo encontramos. ¿Qué hicimos?… Continuará

 

 

Rebeca Linares Castellanos


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El lenguaje en el Autismo

Uno de los rasgos más importantes del niño autista son las dificultades relacionadas con el lenguaje, ya que pueden suponer una ausencia total del habla o un parloteo del todo ininteligible.  Pero que un niño no hable, no significa que no se comunique.  Sabemos que existe un fuerte componente sensorial implicado en la dificultad de las personas con autismo para desarrollar un modelo de comunicación bidireccional y funcional. Estos factores relacionados con los desórdenes sensoriales, impactan fuertemente en la adquisición del lenguaje sobre todo en el caso de los niños, en el desarrollo intelectual, en la conducta y en la interacción social.

Es importante desarrollar y estimular la simbolización, ya que si el niño no accede a la simbolización; la creación del vínculo social y el desarrollo del trabajo educativo se verán afectados y ser casi imposible que se lleve a cabo con efectividad.

El trabajo con los niños autistas no está en el de imponer o hacer que se parezca a otro. Sino a acompañarlo, ya que su lenguaje ya dota de significado lo que necesitan es ayuda en cuanto a un orden, sistemas, estrategias y garantías. Necesitan construir una estabilidad y una organización que los planifique.  Dentro de esta organización, tenemos que tener en cuenta que los niños con TEA con sensibles y frágiles a los cambios bruscos e inesperados. Tenemos que crear un clima que contemple las necesidades del niño y facilite la anticipación de las propuestas y actividades.

Uno de los enfoques que tiene que coger la intervención es la de ensanchar las posibilidades de la comunicación, facilitando el descubrimiento u el uso de los diferentes lenguajes tales como; corporal, verbal, musical, plástico e iconográfico. Los niños con TEA en general tienden a tener más desarrollado el lenguaje visual y musical son dos componentes muy fuertes que pueden facilitar su desarrollo.

Es importante saber que no podemos estimular el lenguaje oral de igual manera en cada persona sino que será importante conocer los gustos, las habilidades y partir de aquí crear una programación individualizada y personalizada.

¿Existe una edad límite para que desarrolle el lenguaje verbal en el autismo?

No hay una edad límite para que el niño no llegue a hablar, ya que algunos estudios postulaban que a partir de los 6 años si no se había desarrollado el lenguaje este ya no florecería, a día de hoy esto sabemos que no es cierto. Podemos decir que en una edad más temprana, el cerebro tiene más plasticidad para poder aprender, hacer asociaciones, en definitiva un desarrollo más rápido. Esto quiere decir, que   partir de cierta edad puede haber más dificultades para los aprendizajes, pero no es imposible. Este hecho se sostiene a que cualquier persona puede aprender una lengua a cualquier edad; se podrá ver más limitado, pero no por ello menos funcional.

 

¿Cómo podemos fomentar la comunicación en niños con TEA?

Se usa el apoyo visual como forma de que el niño integre la información para poder asociarla a los aspectos sonoros de la palabra. Mostramos una imagen (perro) y reforzamos verbalmente. A medida que el niño aprende, se va extendiendo el número de palabras que se asocian a imágenes, hasta que llega un momento que el niño no requiere de la imagen y comprende perfectamente lo que se le dice. Incluso a generalizar.

Una vez el niño llega a los 6 años, aproximadamente, lo normal es iniciar el proceso de aprendizaje de la lectoescritura, que será un gran reforzador del lenguaje, ya que a medida que la comprensión lectora del niño aumenta, aumenta también su comprensión del lenguaje oral.

Algunas estrategias:

  • Anticipar toda la información necesaria, antes de realizar cualquier actividad.
  • Utilizar juegos de rol, para fomentar el tiempo de espera y el turno.
  • Disminuir el uso de las ecolalias (frases y sonidos de forma involuntaria), redirigirlas y darles un sentido funcional y comunicativo.
  • Tarjetas con fotografías de temas de agrado del niño o niña para poder desarrollar el léxico (palabras) y, a partir de aquí, ir construyendo frases.
  • Trabajar con tarjeta de temporalidad para crear diálogos y conversaciones. Hacer uso de secuencias temporales.
  • El ordenador, ya que es un recurso de agrado para la mayoría de niños, nos permitirá hacer actividades como jugar con el sintetizador de voz: el ordenador irá escribiendo y reproduciendo lo que el niño va diciendo, así recibe un feedback positivo.
  • Uso de un comunicador (SAAC). son formas de expresión distintas al lenguaje hablado, que tienen como objetivo aumentar (aumentativos) y/o compensar (alternativos) las dificultades de comunicación.