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Artículos de divulgación e interés para las familias


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El verano puede ser un buen momento para diagnosticar los trastornos del neurodesarrollo y trastornos del aprendizaje en niños y adolescentes por varias razones:

  1. Disponibilidad de tiempo: Durante las vacaciones de verano, los niños y adolescentes suelen tener más tiempo libre, lo que permite realizar evaluaciones más extensas y detalladas. Los profesionales de la salud también pueden disponer de más tiempo para llevar a cabo las evaluaciones sin la presión del horario escolar.
  2. Menos estrés y ansiedad: Al no estar en medio del ajetreo escolar, los niños y adolescentes pueden sentirse menos estresados y ansiosos durante las evaluaciones. Esto puede ayudar a obtener resultados más precisos y evitar que los niveles de ansiedad afecten negativamente los resultados de las pruebas.
  3. Mayor disponibilidad de profesionales: Algunos profesionales de la salud pueden tener una agenda más flexible en verano debido a que la demanda de servicios puede disminuir en comparación con el período escolar. Esto puede facilitar el acceso a especialistas en neurodesarrollo y trastornos del aprendizaje.
  4. Evaluación holística: Las evaluaciones para trastornos del neurodesarrollo y del aprendizaje suelen requerir la participación de diferentes profesionales, como psicólogos, neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales, entre otros. En verano, puede ser más fácil coordinar a estos especialistas para llevar a cabo una evaluación integral y multidisciplinaria.
  5. Preparación para el próximo año escolar: Obtener un diagnóstico durante el verano permite a los padres y cuidadores tener tiempo para prepararse para el próximo año escolar. Pueden buscar recursos educativos, adaptaciones o terapias necesarias para apoyar al niño o adolescente en su desarrollo y aprendizaje.
  6. Seguimiento y tratamiento oportuno: Si se diagnostican trastornos del neurodesarrollo o del aprendizaje en verano, se puede comenzar con el tratamiento o intervención lo antes posible. Esto significa que el niño o adolescente puede recibir apoyo adecuado desde el inicio del nuevo año escolar.
  7. Tambien el verano es un buen momento para diagnosticar porque los padres tienen mayor disponibilidad de vacaciones: Durante el verano, muchos padres tienen más flexibilidad en sus horarios laborales y pueden dedicar más tiempo a acompañar a sus hijos en evaluaciones y citas médicas. Esto facilita la participación de los padres en el proceso de diagnóstico y permite una comunicación más cercana con los profesionales de la salud.
  1. Menor carga académica: Durante el período escolar, los niños y adolescentes pueden estar abrumados con las demandas académicas y extracurriculares, lo que puede dificultar la identificación temprana de los trastornos del neurodesarrollo y del aprendizaje. Durante el verano, sin la presión de las tareas escolares, es más probable que se observen patrones de comportamiento y dificultades de aprendizaje con mayor claridad.
  2. Evaluaciones más completas: Al no tener restricciones de tiempo escolar, los profesionales de la salud pueden realizar evaluaciones más exhaustivas y detalladas. Esto puede incluir pruebas psicológicas, observaciones en entornos naturales y recopilación de información de múltiples fuentes, lo que proporciona una imagen más completa de las fortalezas y dificultades del niño o adolescente.
  3. Transiciones escolares: El verano suele ser un período de transición entre grados escolares o etapas educativas. Diagnosticar los trastornos del neurodesarrollo y del aprendizaje durante este tiempo permite a los profesionales de la salud proporcionar recomendaciones y apoyo específicos para el próximo año escolar. Esto puede incluir adaptaciones curriculares, terapias especializadas o programas de intervención temprana.
  4. Acceso a servicios y recursos: Al diagnosticar los trastornos del neurodesarrollo y del aprendizaje durante el verano, se puede iniciar el proceso de acceso a servicios y recursos antes del inicio del año escolar. Esto puede incluir la derivación a terapeutas, programas de intervención temprana, grupos de apoyo o servicios educativos especializados.

Es importante recordar que la decisión de realizar evaluaciones y diagnósticos debe basarse en la evaluación individualizada de cada niño o adolescente y en la recomendación de profesionales de la salud especializados en el neurodesarrollo y los trastornos del aprendizaje. Destacamos que cada caso es único, y el diagnosticar en verano, puede o no ser el momento óptimo para realizar una evaluación. Siempre dependerá de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente.


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Cómo podéis desarrollar el lenguaje de vuestro hijo con instrucciones

Muchas madres y padres dan por sentado o no son conscientes de que dar instrucciones a sus hijos y en particular a los niños que se demoran en hablar, puede ayudarles a desarrollar sus habilidades lingüísticas. Los maestros y sus refuerzos también pueden utilizar estos consejos para desarrollar las habilidades lingüísticas de sus alumnos.

Estos son los dos tipos de instrucciones y las formas en que podéis darlas para aumentar el lenguaje de vuestro hijo:

  1. Instrucciones de rutina: instrucciones que fomentan el cumplimiento
  2. Instrucciones no rutinarias: instrucciones que hacen crecer el lenguaje de un niño

 

  1. Instrucciones de rutina

Estas instrucciones tratan principalmente sobre cosas de rutina.

Los ejemplos de estas instrucciones de rutina incluyen; pedirle a vuestro hijo que lleve su taza a la cocina después de que haya terminado de tomar su leche o zumo, o pedirle que consiga un vaso si pide agua, etc.

Este tipo de instrucciones requieren cumplimiento, ya que le enseñan a vuestro hijo lo que vosotros queréis que haga y cuándo queréis que lleve a cabo la tarea respectiva. Estas instrucciones son buenas para potenciar las habilidades auditivas.

Vuestro hijo puede realizar las instrucciones de rutina en piloto automático, ya que la instrucción suele ser simple y se trata de cosas de rutina, es decir, las cosas que necesitan o hacen todos los días, como pedir agua o llevar su taza a la cocina después de haber terminado de tomar su leche /agua / zumo. Y debido a que el piloto automático de su hijo puede seguir este tipo de instrucciones, no son las mejores para mejorar el vocabulario y desarrollar el lenguaje.

  1. Instrucciones no rutinarias

Las instrucciones no rutinarias son más beneficiosas y es más probable que permitan aumentar el lenguaje de vuestro hijo, y este es el tipo de modelo en el que debéis centraros.

Con este tipo de instrucción, vuestro hijo realmente tendrá que participar y procesar todo lo que vosotros digáis para que pueda lograr lo que se le ha pedido.

La forma de dar esta instrucción es dar instrucciones “complejas y de varios niveles” que obligarán a su hijo a comprender todos los aspectos de esa instrucción. Por ejemplo, puede pedirle a su hijo que “vaya al segundo cajón de su dormitorio y consiga sus gafas para leer”. Este, por supuesto, no debería ser el lugar habitual donde guarda sus gafas de lectura. Esta instrucción obligará a su hijo a participar para descubrir qué es “segundo” y “cajón”.

Otro ejemplo de instrucción no rutinaria podría ser “ve a la cocina y tráeme la taza azul y amarilla”. La taza azul y amarilla no debe ser la taza que su hijo está acostumbrado a traerle cuando le pide que le traiga una taza. De esa manera, su hijo tendrá que comprometerse para averiguar qué tipo de taza está pidiendo.

Instrucciones no rutinarias para desarrollar el lenguaje de vuestros hijos

Las instrucciones no rutinarias presentan buenas oportunidades para descubrir los tipos de palabras con las que vuestro hijo no está familiarizado.

Cuando le da una instrucción a su hijo y descubre que no puede ejecutarla, es un buen indicio de que hay una palabra o palabras en particular en ese comando con las que su hijo no está familiarizado. Luego podéis comenzar a enseñar esta palabra o palabras y cuando las enseñe, puede volver a probar con una instrucción.

Por ejemplo, si le dice a su hijo, “consígueme el mando” que está debajo de la silla” y él le da el que está debajo de la mesa, entonces probablemente se verá obligado a racionalizar que tal vez su hijo no entienda la palabra ” debajo”. Luego puede comenzar a enseñar esta palabra dando múltiples ejemplos o múltiples modelos de la palabra “debajo”. Puede apilar las palabras, una tras otra, crear niveles de instrucciones y hacer que un niño haga cosas en varios pasos. Puede tirar la palabra “debajo” por todas partes, para que la próxima vez que dé la instrucción, su hijo pueda seguirla.  

Y para finalizar

El problema que encontramos en la mayoría de los hogares es que están muy orientados a la rutina. Muchas veces nuestros especialistas preguntan a los padres que vienen al centro, ¿su hijo sigue las instrucciones? Dicen “sí” y pueden dar un ejemplo como, “oh sí, de hecho, cada vez que suena un teléfono, saben a quién dárselo”. Y estoy pensando, “El teléfono que suena es su mensaje y tienen muy buena memoria visual, por lo que saben a quién dar el teléfono”.

Esto no puede contarse como una instrucción que realmente puede desarrollar habilidades lingüísticas. Es posible que los padres desconozcan que su hijo SI puede seguir instrucciones, pero es posible que no conozcan el vocabulario específico para las diversas cosas que se les pide que traigan en casa. Pensad … los padres pocas veces os desviáis de los guiones establecidos en lo que se refiere a las palabras pronunciadas , ¡la mayoría de los hogares carecen de vocabulario novedoso! 

Dar instrucciones o comandos es una forma muy poderosa de hacer que vuestro hijo desarrolle habilidades lingüísticas. Por favor, comenzad y contadnos cómo va y escríbenos sobre cómo os va, una vez que hayaís leído este artículo.

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El lenguaje en el Autismo

Uno de los rasgos más importantes del niño autista son las dificultades relacionadas con el lenguaje, ya que pueden suponer una ausencia total del habla o un parloteo del todo ininteligible.  Pero que un niño no hable, no significa que no se comunique.  Sabemos que existe un fuerte componente sensorial implicado en la dificultad de las personas con autismo para desarrollar un modelo de comunicación bidireccional y funcional. Estos factores relacionados con los desórdenes sensoriales, impactan fuertemente en la adquisición del lenguaje sobre todo en el caso de los niños, en el desarrollo intelectual, en la conducta y en la interacción social.

Es importante desarrollar y estimular la simbolización, ya que si el niño no accede a la simbolización; la creación del vínculo social y el desarrollo del trabajo educativo se verán afectados y ser casi imposible que se lleve a cabo con efectividad.

El trabajo con los niños autistas no está en el de imponer o hacer que se parezca a otro. Sino a acompañarlo, ya que su lenguaje ya dota de significado lo que necesitan es ayuda en cuanto a un orden, sistemas, estrategias y garantías. Necesitan construir una estabilidad y una organización que los planifique.  Dentro de esta organización, tenemos que tener en cuenta que los niños con TEA con sensibles y frágiles a los cambios bruscos e inesperados. Tenemos que crear un clima que contemple las necesidades del niño y facilite la anticipación de las propuestas y actividades.

Uno de los enfoques que tiene que coger la intervención es la de ensanchar las posibilidades de la comunicación, facilitando el descubrimiento u el uso de los diferentes lenguajes tales como; corporal, verbal, musical, plástico e iconográfico. Los niños con TEA en general tienden a tener más desarrollado el lenguaje visual y musical son dos componentes muy fuertes que pueden facilitar su desarrollo.

Es importante saber que no podemos estimular el lenguaje oral de igual manera en cada persona sino que será importante conocer los gustos, las habilidades y partir de aquí crear una programación individualizada y personalizada.

¿Existe una edad límite para que desarrolle el lenguaje verbal en el autismo?

No hay una edad límite para que el niño no llegue a hablar, ya que algunos estudios postulaban que a partir de los 6 años si no se había desarrollado el lenguaje este ya no florecería, a día de hoy esto sabemos que no es cierto. Podemos decir que en una edad más temprana, el cerebro tiene más plasticidad para poder aprender, hacer asociaciones, en definitiva un desarrollo más rápido. Esto quiere decir, que   partir de cierta edad puede haber más dificultades para los aprendizajes, pero no es imposible. Este hecho se sostiene a que cualquier persona puede aprender una lengua a cualquier edad; se podrá ver más limitado, pero no por ello menos funcional.

 

¿Cómo podemos fomentar la comunicación en niños con TEA?

Se usa el apoyo visual como forma de que el niño integre la información para poder asociarla a los aspectos sonoros de la palabra. Mostramos una imagen (perro) y reforzamos verbalmente. A medida que el niño aprende, se va extendiendo el número de palabras que se asocian a imágenes, hasta que llega un momento que el niño no requiere de la imagen y comprende perfectamente lo que se le dice. Incluso a generalizar.

Una vez el niño llega a los 6 años, aproximadamente, lo normal es iniciar el proceso de aprendizaje de la lectoescritura, que será un gran reforzador del lenguaje, ya que a medida que la comprensión lectora del niño aumenta, aumenta también su comprensión del lenguaje oral.

Algunas estrategias:

  • Anticipar toda la información necesaria, antes de realizar cualquier actividad.
  • Utilizar juegos de rol, para fomentar el tiempo de espera y el turno.
  • Disminuir el uso de las ecolalias (frases y sonidos de forma involuntaria), redirigirlas y darles un sentido funcional y comunicativo.
  • Tarjetas con fotografías de temas de agrado del niño o niña para poder desarrollar el léxico (palabras) y, a partir de aquí, ir construyendo frases.
  • Trabajar con tarjeta de temporalidad para crear diálogos y conversaciones. Hacer uso de secuencias temporales.
  • El ordenador, ya que es un recurso de agrado para la mayoría de niños, nos permitirá hacer actividades como jugar con el sintetizador de voz: el ordenador irá escribiendo y reproduciendo lo que el niño va diciendo, así recibe un feedback positivo.
  • Uso de un comunicador (SAAC). son formas de expresión distintas al lenguaje hablado, que tienen como objetivo aumentar (aumentativos) y/o compensar (alternativos) las dificultades de comunicación.